El horario de verano comienza el domingo 10 de marzo a las 2 a.m., donde los relojes avanzan una hora. Esta práctica, observada en muchos países, incluido Estados Unidos, tiene como objetivo utilizar mejor la luz del día durante la primavera y el verano.
El cambio de regreso a la hora estándar ocurre el primer domingo de noviembre a las 2 a.m.
El Servicio de Bomberos y Rescate del Condado de Montgomery (MCFRS) insta a los residentes a revisar sus alarmas de humo y cambiarlas si tienen diez años o más.
Almost Time for a Change…..Change Your Clock & ‘Spring forward’ into safety by having 10-year, long-life sealed battery-operated smoke alarm when you change your clocks on 3/10 It’s not too late to ‘check the date’ Smoke Alarms manufactured 2014 or earlier – must be changed pic.twitter.com/iEHJWWFWWm
— Pete Piringer (@mcfrsPIO) March 8, 2024
Los orígenes del cambio de hora se remontan a principios del siglo XX y a menudo se le atribuyen a Benjamin Franklin. Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial se produjo una adopción generalizada para conservar energía. Los partidarios argumentan que el horario de verano reduce el uso de energía, amplía la luz del día para actividades al aire libre, y puede mejorar el estado de ánimo y la productividad.
Los críticos afirman que el horario de verano altera el sueño y el reloj interno del cuerpo, provocando fatiga y reducción de la productividad. Algunos estudios sugieren un aumento de los accidentes de tráfico tras el cambio horario. También se debate la eficacia del horario de verano para ahorrar energía, y los estudios muestran que el ahorro es mínimo o nulo.